Nos lo pasamos genial en la última cena celebrada en nuestro
club. Rafa estuvo paciente con su caldereta la cual tuvo hirviendo por más de
cinco horas.
Los entrantes, sobre todo los “cojonudos”, nos abrieron el
apetito de muy buena gana.
Felipe nos hizo unas lionesas de chocolate y dulce de leche
que estaban espectaculares para postre.
Y para rebajar, una buena Agua de Valencia que nos hizo digerir
el gran ágape que habíamos disfrutado.
¿Grandiosa?, siempre son grandiosas. Que bien os lo montais, no hay noche, que diga Ramón, que ha cenado mal. Siempre ¡impresionante!.
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