Me contaba mi abuela, que para hacer un buen guiso, había que
tratarlo con amor y con buenos ingredientes de la tierra. En un viaje reciente,
nuestro amigo Marco nos trajo los ingredientes para hacer una buena Fabada
asturiana. Así que nos pusimos manos a masa y os digo que salió la mejor Fabada
del mundo.
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1 o 1 y 1\2 Kg Fabes asturianas (dependiendo cantidad
de comensales, nosotros éramos 8 personas)
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4 tacos de cuatro dedos de ancho de Lacón
asturiano
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Chorizo asturiano
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Morcilla asturiana
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4 tacos de cuatro dedos de ancho de Panceta
asturiana
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Aceite
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3 c. soperas de pimentón dulce de la Vera
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Agua mineral (no del grifo)
La noche anterior dejamos las fabes en remojo en agua
mineral, y no del grifo, pues no favorece bien la cal del agua en el buen
cocinado de la fabada. También dejamos en remojo el lacón toda la noche en agua
mineral.
Disponemos en una cazuela grande o un caldero, el chorizo, la
panceta, el lacón y las fabes (la morcilla la reservamos para más tarde).
Cubrimos todo hasta dos dedos de agua mineral. Echamos al
agua un chorreón generoso de aceite de oliva y las tres cucharas de pimentón
dulce. Lo ponemos a fuego medio y bien distribuido el calor de forma uniforme
por todo el caldero (muy importante).
Cuando lleve 45 minutos de hervor, introduciremos la
morcilla que teníamos reservada.
De vez en cuando “asustamos” la fabada aportando de vez en
cuando un poco de agua mineral natural. Esto ayuda a que las fabes estén más
jugosas y tiernas.
A las dos horas y media la fabada estará lista. Aunque yo
recomiendo tener 20 minutos reposándola lo cual le da más calidad al guiso.
Servimos las fabes por un lado y la carne por otro para que los comensales se pongan el plato al gusto de cada uno.
Dentro de los errores típicos al hacer una buena fabada es
el hacer un sofrito o echarle sal. La buena fabada no necesita ni lo uno ni lo
otro.
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